El Árbol

EL ÁRBOL

Con las botas sueltas, los cabellos desordenados, las ideas opacadas por el humo de lo que bien puede ser un cigarrillo, no es como si le interesara demostrar que quizás es  una buena persona,  es más quizás ese encuentro es sólo una excusa para caminar por la noche en la ciudad, sentir el viento, sentir el frío, sus uñas hechas a la medida de sus sueños están un poco descuidadas…ahí hay un banco desocupado, más allá doblando en la esquina  para la derecha un árbol con pelusas amarillas; el cual le parece ridículo, torpe, inservible ..el árbol se acerca a pasos apresurados; ella tose, pasa un poco de flema y se burla del ridículo, torpe e inservible árbol con pelusas amarillas

Y si lloviera en ese momento, si ella llamara a la lluvia, todas sus pelusas amarillas se perderían, y pensar en ello le divierte.